19 de Julio

A las 8.30 de la mañana, con puntualidad inglesa nos han despertado nuestros monitores cargados de energía y nos hemos preparado para ir a desayunar. Nos esperaba un vaso de cola-cao y tostadas con mantequilla y mermelada. Tras el desayuno, la revisión de tiendas.
A los peques les han visitado unos militares muy simpáticos, y tengo que deciros, que les han felicitado por como las tenían de ordenadas.

No obstante, han seguido dándonos distintas ideas para que estuviésemos más cómodos. Después todo el grupo junto, ha estado jugando con el paracaídas , han tenido unas prácticas de iniciación a la escalada en el rocódromo próximo a la instalación, un taller de BTT y una mini-competición de balón prisionero y unihockey. ¡Ahí es nada!

En el grupo de medianos, fueron “unos obreros” en traje de faena, los que revisaron nuestras tiendas puntuándolas con muy buenas notas. Tras la revisión hicimos un juego de pistas para que conociésemos el entorno y todos los lugares del campa. Tras esto, cogimos nuestras camisetas blancas y las tintamos de cuatro colores diferentes para poder tener una camisita que distinguiese los distintos equipos de las ligas que íbamos a realizar por la tarde. Después, nos hemos dado un chapuzón en la piscina.

El grupo de mayores hemos recibido la visita de dos médicos que buscaban focos de infección y la verdad es que viendo las notas que nos han puesto, deberíamos mejorar un poco el orden de nuestras tiendas. Tras esto hemos hecho los equipos de las ligas deportivas (este año vamos a jugar a teeball y a vóley-playa) y nos han explicado las normas. Para empezar fuerte el día, hemos estado toda la mañana con una súper gymkhana deportiva, donde hemos competido por equipos en toda clase de relevos cooperativos, aderezándola con canciones y gritos de ánimo.
Y después de cenar (una sopa calentita de fideos, dos filetes de pescado y un cola-cao), nada de ir a dormir. Todos a los juegos nocturnos.

Los peques, tras un calentamiento previo al son de un montón de canciones, jugaron al faro.
El grupo de mayores y medianos tuvieron que buscar unas pócimas entre los árboles de un bosque encantado, en el que los monitores disfrazados de demonios nos podían acecharles y mandarles pruebas para darles como premio unos encantamientos que nos ayudarían a escapar del bosque. Fue genial y al final consiguieron salvarse todos.
Al final, cansados, exhaustos, emprendieron el viaje de los sueños…¿Dónde habrá viajado cada uno?

Os mandamos besos. Y, ya…Ya sabemos que no hay fotos…Y es que lo bueno, se hace esperar. Eso sí. Estamos todos bien. Incluidos los que echamos de menos a nuestros papis, porque aquí cariño, no nos faltará nunca.