De todo un poco

¡Hola amigos y amigas!

Por fin otro momento con vosotros. Sentimos de corazón que estos encuentros no sean más frecuentes, pero los que nos habéis visitado ya sabéis como vamos: ¡a tope y sin descanso!

Hoy Martes 28 todo el campamento está de marcha. El entorno merecía la pena y hemos querido que estos chicos no se lo perdieran. Salieron el 27 por la mañana después del desayuno. La marcha la encabezaron los "peques" que dejaron sus sacos en el coche de Manu para que no llevaran tanto peso. A continuación salieron los medianos y por último los mayores, que… ¡madre mía!, llevaban una pachorra; ¿será la edad?

Algunos nos quedamos en el campa mordiéndonos las uñas, claro. Sabíamos en todo momento que estaban bien por toda la información que nos llegaba al campamento a través de los walkies. El día salió perfecto para caminar, algo nublado y con buena temperatura. Su objetivo era llegar a Cueva Valiente, el pico más alto de la zona… ¡y lo consiguieron! ¿A que no sabéis quiénes fueron los primeros en llegar?

Ya en el pico recibieron un super-porteador de agua. Víctor cargó sus mochilas con 20 litros de agua y las subió hasta arriba para que llenasen sus cantimploras, imaginaos la ovación que se llevó.

Después de un breve descanso se dirigieron a Collado Hornillo donde les acercamos la comida, una paellita y unos muslitos de pollo frito. De postre unas nectarinas que estaba de rechupete, ¡se lo merecían!

Tras la comida, una siesta generalizada, algunos juegos tranquilos y a media tarde vuelta a la marcha hacia las lagunas. Allí se iban a quedar a dormir. Disfrutaron de un paisaje precioso y lo más importante: se lo pasaron estupendamente.

Por la noche tuve la oportunidad de ir a verles, ¡qué envidia!, una pradera inmensa rodeada de montañas y con los invitados de rigor, nuestros amigos los caballos y las vacas. Allí estaban todos con sus sacos y esterillas cenando una sopita caliente y pescadito. Les di un besito de buenas noches y allí se quedaron.

Al día siguiente llegaron a la hora de comer al campamento después de la segunda parte de la marcha que superaron sin ningún problema. En cuanto llegaron, un baño en la piscina y a comer. Y bueno, hasta aquí puedo leer... para que nos os quedéis con las ganas, os cuento algo del día anterior. Espero que no os importe. Por cierto, las monitoras que tenían alguna molestia en su rodilla han superado la marcha sin problemas. Que sus padres estén tranquilos y muy orgullosos. Un abrazo.


DOMINGO, 26 DE JULIO ¡DÍA DE PADRES!

¡Todo el mundo a temblar!

Los monitores se pusieron en marcha muy temprano para aprovechar que los chicos dormían y tenerlo todo a punto antes de que despertasen.

En cuanto abrieron los ojos se respiraba nerviosismo en el ambiente. Un desayuno y a la ducha. Entre esto, recoger y ordenar las tiendas tuvimos suficiente hasta que dieron las once de la mañana, hora en la que comenzaron a llegar nuestras familias. Abrazos, besos por doquier y unas cuantas canciones de recibimiento. No os podréis quejar ¿eh?, se dejaron la voz y el alma por vosotros.
Después todos a participar de las actividades que había programadas: Parque de Cuerdas, al que solo accedieron los madrugadores porque la entrada era limitada, tirolina, rocódromo, tiro con arco, gymkhana familiar de juegos tradicionales, bicicleta de montaña, taller de fieltro, bañito en la piscina….o un simple paseo debajo aprovechando la sombrita de los pinos.

He de felicitar a todos los padres que vinieron con toda la disposición del mundo a disfrutar con nosotros. Os prometo que pensaremos en vuestra propuesta del “Campamento para Padres”. Por cierto, nos encantó tener entre nosotros algunos abuelitos y abuelitas. Desde aquí les mandamos un fuerte abrazo y les damos las gracias.

Llenamos el comedor al completo (casi 500 personas). Una gran familia. ¡Como nos gusta que sea! Hubo momentos emotivos y muchas lágrimas. ¡Y que no falten en un día como el que era! Somos personas sensibles, qué le vamos a hacer.

Tuvimos familias que comieron de picnic…Qué buena pinta tenía todo. Y qué bueno estaba. Gracias por las tapitas para los monitores.

Café, pastitas y batukada, a cargo del grupo de medianos. Lo bordaron: ¡y eso que no habían practicado casi nada!

Poco a poco, fuimos despidiéndonos. Tras un montón de abrazos, besos y ¡esfuerzos por despegar a algunos de las piernas y el cuello de sus padres!, vuelta a la actividad.

Ya metidos en materia, y tras la cena, todo el campamento, jugamos al cluedo. Una historia de magos, hadas, brujas y hechizos que Ana, Lola y Juan, habían preparado por la tarde. El objetivo era conseguir la ayuda de magos y hadas para salvar a los compañeros del poder maléfico de las brujas que petrificaban a todo aquel que atrapaban y lo condenaban a vivir el resto de sus días en la profundidad de los bosques.

Un día, intenso. Sentimientos a flor de piel. El descanso es bien merecido.

¡¡¡¡Enhorabuena a todos los que hicísteis posible este día!!!!