Jueves, 23 de julio.

Desde las 5:00 de la mañana, escuchando llover. ¡Madre mía! Pero si hoy nos tocan las rutas de piraguas y caballos. Sin pegar ojo hasta la hora de la diana.

Al mal tiempo, buena cara. Un chubasquero y a desayunar. Todos mirábamos al cielo. Pero algo nos decía que las nubes no se iban a venir con nosotros. Y así fue. Bajamos el puerto de las tres cruces y el cielo se abrió milagrosamente. ¡GENIAL! Me encanta que los planes, salgan bien.

Los primeros en salir del campamento, los mayores. Eran las 8:45 de la mañana. Destino: El centro de hípica San Yago, cerca de Colmenarejo. A las 10:30 de la mañana salía el primer grupo para hacer una ruta en unos “hermosos caballos”. A pesar de ser el grupo que eran, en algunos casos, se notaba el nerviosismo, y es que cuando a uno le ponen unas riendas en las manos y no tiene costumbre…En fin, una experiencia más. Muy buena según los principiantes.

A las 14:00 estaban comiendo. Hoy nos tocaba picnic. Un par de bocatas y dos piezas de fruta. No dejaron ni las migas.

Un poco de reposo a la sombra de unas encinas y al autobús. Nos esperaba el pantano de Valmayor. Una hora y media remando, bueno, y haciendo el “gamberro”, se lo pasaron...¡qué os voy a contar! Se bañaron en unas “calitas” y todo. A las 19:30 estaban de vuelta. Ducha y a cenar. Antes, han preparado las mochilas. Iban a dormir, al raso, a Peña Blanca.

El grupo de los peques era el segundo en salir. A las 9:45. Ellos directamente al agua. Unas nociones básicas de cómo manejar la pala, cómo dirigir la piragua, chaleco salvavidas y para dentro. Tuvieron un rival de peso: el viento. Soplaba fuerte y, en la mayoría de los casos, los brazos no les daban para hacerle frente. Pero estuvieron una hora intentándolo entre juegos y chapuzones.

Comían a las 13:30 en la finca donde a las 15:00 empezaban a montar a caballo. Tuvieron unas clases de iniciación: posición en el caballo, cómo usar las riendas,...El profe elogió a algunas chicas: parecían auténticas amazonas.
A las 18:00 ya estaban en el campa. Ducha y a ordenar la ropa: tender bañadores, toallas, guardar ropa sucia, y preparar mochilas que esta noche volvían a dormir fuera del campa. Y es que, tienen que salir a buscar las pepitas de oro que un gigante escondió por estas tierras hace muchísimos años y solo podrán hacerlo si aprovechan los primeros rayos de sol reflejados en las aguas de un río critalino…El paraje de la Placa de la Mariposa podía ser una posibilidad.

Los medianos serían los últimos en salir del campamento (10:45). Antes, desayuno y revisión de tiendas. A pesar de tener prevista la vuelta para las 9:00, el día se les complicó un poco, y no por su culpa. Eso sí. Nadie perdió la sonrisa y…nada grave, no os alarméis.

Divididos en dos grupos, han realizado una salida en piragua por el pantano de casi una hora y media. Se les ha dado muy, pero que muy bien. Ello si han tenido suerte: el viento se había parado y la temperatura ha sido excepcional.


Llegaron con hambre a la finca de los caballos, aproximadamente a las 15:30. Comieron y a las 16:30, un primer grupo estaba montando a caballo. También los ha habido que han temblado. Pero todo correcto.
Día perfecto para todos. Solo un problema de logística, ajeno a nosotros, ha impedido a este grupo estar en el campa a las 9:00 como estaba previsto. Llegamos a las 10:30. ¡Pero cenamos, y en caliente! Gracias al personal de cocina de la instalación, que más amables no pueden ser. Por ello, tampoco llamaron por la noche. ¿Nos comprendéis ahora? ¿Estamos disculpados?

Después de hacer “asamblea”, como cada noche para comentar el día, han caído agotados.

¡¡Felices sueños campeones!!